Lo que más vi en estos días es unión y confusión.
Es una contradicción re bajo astral pero hace rato que no voy a la astróloga.
Creo que la revolución feminista es posible y que
toda revolución es tan gratificante como dolorosa.
Una vez, un profesor de historia dijo frente a una
clase de adolescentes newbies: -Las guerras son necesarias para reorganizar,
alguien tiene que morir. Por lo tanto, alguien tiene que matar.
Me fui angustiada de esa clase pensando en el
significado amplio de esa afirmación.
Hoy pienso que si en una revolución hay muertes y
matones/as, matemos y muramos dentro de un nuevo paradigma de acción y desenlace.
Que la muerte sea como en el tarot.
Que quien muera mate sus tradiciones.
Que quien mate, mate de novedad y amor.
Que la violencia sea dulce.
Que lo dulce no se use para el mal.
Que el mar y el viento se lleve mi
vehemencia.
Que la armonía me venga a visitar.
Que tenga valor para ser feliz antes de
morir.